domingo, 28 de noviembre de 2010

Ensayo de la ontología de los valores

Las cosas de que se compone el mundo, en el cual estamos, no son indiferentes, sino que esas cosas tienen todas ellas un acento peculiar, que las hace por ser mejores o peores, buenas o malas, cual estamos, no es indiferente, unas serán buenas, otras malas, útiles, otras perjudiciales, pero ninguna absolutamente indiferentes, ahora, bien cuando de una cosa enunciamos que es buena, mala, bella, fea, santa profana ¿que es lo que enunciamos de ella? la filosofía actual emplea muchas veces la distinción entre juicios de existencia y juicios de valor; frente a esos juicios de existencia la filosofía contemporánea pone o contrapone los juicios de valor. Los Juicios de valor enuncian acerca de una cosa o algo, que no añade, ni quita nada al caudal existencial y esencial de la cosa, si decimos, por ejemplo,que una acción es justa o injusta, lo significado  por nosotros en el termino justo o injusto, no roza para nada a la realidad de la acción ni en cuanto efectivo existencial acción, ni en cuanto a los elementos que integran su ausencia.

Los valores no son cosas, ni elementos de las cosas, entonces los valores son impresionantes subjetivas de agrado  o desagrado, que las cosas nos producen a nosotros, y que nosotros proyectamos sobre las cosas, se ha acudido entonces al mecanismo de la proyección sentimental. Supone que esta teoría que los valores son impresiones subjetivas de agrado o desagrado, pero no se da cuenta esta teoría de que el agrado o desagrado subjetivo no es de hecho ni puede ser de derecho jamas criterio del valor; el criterio del valor no consiste en el agrado o desagrado que nos produzcan las cosas, sino en algo completamente distinto; porque na cosa puede producirnos agrado y sin embargo ser por nosotros considerada como nada y puede producirnos desagrado y ser por nosotros considerada como buena, por otra parte podríamos añadir que los valores se descubren, como se descubren las verdades científicas durante un cierto tiempo, el valor no es conocido como tal valor, hasta que llega un hombre en la historia o un grupo de hombres; que de pronto tienen la posibilidad de intuirlo; y entonces lo descubren, esto empero nos plantea una dificultad profunda; parece como si estuviéramos obligado a decir;  o los valores son cosas; o los valores son impresiones subjetivas.

Y resulta que no podemos decir ni hacer ninguna de esas dos afirmaciones. No podemos afirmar que son cosas, porque no lo son ni podemos afirmar que sean impresiones, subjetivas porque tampoco lo son. Una cualidad irreal es una cualidad tal que si me la representa artificialmente; aparte del objeto que la posee no puedo por menos de considerarla irreal. por consiguiente, examinando las relaciones entre la cosa que tiene valor y el valor tenido; por la cosa llegamos a la conclusión, de que la cualidad valiosa el valor es irreal.

Cristianismo



Filosofia Moderna

Critica de la Filosofia Cristiana de la pagina 67

San Agustin Filosofico Cristiano El alma Es la que le da vid Al Cuerpo. El alma es mejor que todo lo corporeo porque Da Animo a la carne osea tu cuerpo, antes del cuerpo existe el alma que da vida y animo a todo ser viviente

Filosofia Griega y Cristiana


domingo, 14 de noviembre de 2010

¿Que es Zen?

Zen (禅) es el nombre en japonés de una tradición del budismo Mahāyāna, cuya práctica se inicia en China bajo el nombre de Chán (禪).


Con el popular nombre japonés Zen suele aludirse en realidad a un abanico muy amplio de escuelas y prácticas de este tipo de budismo en toda Asia.Se distinguen por su especialización en distintas técnicas de meditación como el kōan o el zazen.


La palabra Zen es la lectura en japonés del carácter chino chán (禪), que a su vez es una transcripción del término sánscrito ध्यान dhyāna, traducido normalmente como "meditación".Nótese que los nombres antes mencionados (a excepción del sánscrito) son distintas pronunciaciones del mismoideograma chino. El budismo primigenio observaba una progresión en distintos estados de la meditación o jhanas que suceden en un cultivo gradual del practicante.  El Zen es por antonomasia la tradición budista de la intuición y la espontaneidad.

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